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miércoles, 21 de marzo de 2018

Voces de Bronce


Yaracuy es un pañuelo
de cuatro esquinas abiertas
a los puntos cardinales.

Es percal de indios abuelos
con puntos de bucare
y un olor de espiga nueva
en el perfume del aire.

Yaracuy es un pañuelo
rayado en cañamelares;
es un pedazo de cielo
bajo el sol de la mañana
cuando la luz de aceituna
se diluye en los estambres
y van recortando el aire
las plumas de los turpiales.

Yaracuy es un pañuelo
orillado de montañas
en tres de sus laterales:
por Aroa, hacia Nirgua,
por rumbos de Yaritagua,
los cerros son esmeraldas
cosidas en el bordado
para que el viento no abombe
el suave plano del valle.

Hace años se fue una hebra
en la urdimbre del paisaje
y quedó rayado el río
a lo más largo del valle.
La hebra se hizo camino
hacia un contorno de la playa
que en los pies de los cocales
enreda la sinfonía
de toda el agua del mar.

Yaracuy maravilloso
pañuelo de la esperanza.
Yaracuy es un escudo
en la Venezuela heráldica:
tiene todos los colores
de un espléndido futuro
en el relieve floral
de su sencilla botánica.
Yaracuy lavó su bronce
en pretéritos dolores;
lloró con sus malos hombres;
fue feliz con hombres buenos;
su Faustino, su Carmelo
y los tantos que se fueron
y dejaron huella
en la historia de su pueblo.

En el valle y en los cerros
el hombre de su paisaje
conserva el temple de acero
que nos legaron los viejos.
Los de la Pica del Chino
son nietos de aquel abuelo
que trajo el Padre de Las Casas.

Nietos que vinieron
en la panza de veleros
como carbón a granel,
para alimentar el fuego
de la infinita desgracia
en un dolor de cadenas.

Abuelos de suerte negra,
arrancados de su tierra,
amarrados como bestias,
tirados en las bodegas
de los mil barcos negreros
para explotación de América!...

….

Negra cruz de suerte esclava;
- ¿qué hiciste Padre Las Casas?
Se te enredó en la sotana
con credos y padrenuestros
la injusticia de los blancos
con la justicia del negro.

En es negro paisaje,
El del mercado negrero,
Quedan los puntos oscuros
como plomos del recuerdo.

….
África ecuatorial.
Oh! mi África lejana,
la que envió al Yaracuy
en misión diplomática
y dolor de la raza
a la negra pimienta
de carita ovalada
de ojos de triste luna
y bemba de totuma
con suspiros de azúcar;
la de torneados hombros,
ánfora y bayadera…
y un par de oscuros senos
cual duraznos maduros
para un día de feria
y una noche de estrellas!...

….

Mujer de carne morena  
En la fiesta de connubio,
con música de tambores
en el tamtam milenario.
Tamtam de piedra sembrado
En hueco de la Historia.

Tamtam de mi raza negra
en la espesura del bosque;
dolor y llanto silbantes
como la flecha que silba
hacia un rincón de silencio
partido en el infinito.

Tamtam de música negra
en la espesura del bosque;
que en las raíces desnudas
hinca sus dientes de fiera
para romper cadenas
que se ahondan en la tierra.

….

Tamtam de mi raza
que va por las picas al bosque;
tamtam de tambores
que se oye en la orilla del río
como una plegaria
de voces malditas y fúnebres
en la danza lenta
de estrellas que tiemblan de frío.
… … …
Yaracuy es un pañuelo
abierto en las cuatro esquinas
para recoger el cielo.

Alguna noche de luna
la Luna vendrá al pañuelo
como un mangotín maduro
de ésos que come el pueblo
en el hotel de la hilacha,
el hotel que está a la playa
en un recodo del río,
con un centenar de ramas
y en cada ramo un racimo.

….
Bajo el pañuelo paisaje
está una mano fraterna
del indio linaje
para la amistad abierta.

La mano siempre extendida
con el dorso sobre tierra.
Hay un pueblo en cada dedo,
cada pueblo es una gema:
Aroa sobre el pulgar,
en el índice Urachiche,
Yaritagua en el cordial,
Chivacoa de anular
y sobre el meñique Nirgua.

En la palma de la mano,
mano de la india estirpe,
la del amor y del cariño,
están Guama y San Felipe,
centinelas del camino
hacia un adónde que sigue
por un cuando de los siglos.

….

Yaracuy maravilloso
pañuelo de cuatro esquinas
abierto a los cuatro rumbos
del paisaje fascinante…
-Se inicia sobre tu suelo
La inflorescencia en espiga
Para un futuro brillante
Con saber de caramelos!  

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