VESPERTINA
De El Zumuco a Punta Brava
y por la Boca del Churro,
Por rumbos de Caja de Agua,
de El Casabe a Monte Oscuro,
San Felipe distribuye
los caireles de apamates
y los nardos de las nubes.
En cada techo rojizo
el sol de la vespertina
borda con dorados hilos
la sevillana mantilla,
mientras en perfil de cerros
la brisa del Este ahíla
el vellón de la neblina
por los faroles del pueblo.
La tarde se hace ovillo
en el cariño de pájaros
y se desgrana en racimos
de versos El Chimborazo.
En gris se pinta la plaza,
Hay vuelo de tordos reales
y un Ángelus de campanas
para el adiós al paisaje.
La sombra en ruedas de jade
Abre sus bocas de parcha
para refrescar las calles…
y en la noche en crinolina,
empieza a cenar muchachas
en sánduiches de ventanas.
Cuando se tuerce la esquina
por un rumor de guitarras.
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